Infancia...








Colegio:
Estudió casi toda su vida en un colegio católico llamado “Santa Gema” de padres pasionistas. El colegio no era muy estricto  con la parte religiosa, a pesar de ser de curas. El primer contacto con Dios de Juan Bernardo lo tuvo con las monjas en el Colegio, en la Iglesia, donde éstas les decían a los niños de siete años del Kindergarten que dentro del sagrario vivía Dios, lo cual Juan Bernardo a esa tierna edad lo asumía con mucha naturalidad y sin ningún prejuicio, como todo niño normal.  Sus padres lo bautizaron a los siete años en 1977. E hizo la primera comunión a los 10 años en el mismo Colegio Santa Gema, parroquia de la Preciosísima Sangre. Su familia era cristiana nominal y casi nunca iban a Misa y como ya dije, el colegio era bastante suave en cuestiones de religión.  Hizo sus clases de Primera comunión sin ninguna novedad y se sentía tanto cómodo, como normal con estas enseñanzas a ese nivel, para esa edad…

Vecinos cristiano evangélicos: En Caracas tenían una familia vecina que era cristiana evangélica pentecostal, eran amigos de los hijos, que eran niños como Juan Bernardo y sus hermanos. Y la señora era muy insistente con eso de predicar y convertir a la gente a su versión del cristianismo. Su hermano simpatizó con el mensaje de la señora, luego su madre y al final el propio  Juan Bernardo (él defendía a Jesús entre sus amiguitos católicos de la cuadra, absorbió muy bien el mensaje). Luego su madre se adhirió a la denominación bautista, donde se sentía más cómoda.  Cuando se mudaron de Caracas a San Antonio de los Altos, Miranda, Venezuela. Perdieron el contacto con esta familia y Juan Bernardo y su madre se hicieron miembros de la PIBSAA – Primera Iglesia Bautista de San Antonio de los Altos- Rebautizándose ambos, él llegó allí a los 15 años y se rebautizó a los 17.

Un recuerdo de la infancia. Gonzalo merece ser recordado en este relato,  era un hombre joven, con problemas mentales,  que estudió en la infancia con su hermano más mayor, sabía dónde vivían y siempre venía a pedir dinero o que le dieran café y cigarrillos. Se aparecía a cualquier hora y sábados o domingos temprano en la mañana y cosas por el estilo, gritando por las ventanas de la casa. Un día llegó un poco más tarde y Juan Bernardo estaba solo, lo hizo pasar y le ofreció café con sal, como para espantarlo en medio de su ociosidad y maldad de niño, lo cual Gonzalo no entendió y se quejó: ¡que café tan malo! ¿Qué tiene este café? Juan Bernardo le dio una excusa, y Gonzalo terminó yéndose con su sabor a café salado en la boca.  Cuando le contó a su padre, éste le dio un gran regaño y  ¡Nunca pensó que esa acción le iba a costar tan caro…! Todo lo que se hace aquí, se paga aquí… Juan Bernardo fue fumador desde la adolescencia hasta los 44 años, y sigue siendo adicto al café… además de que enfermó de la mente… como Gonzalo. Una acción de niño, pero una acción muy cruel… la vida a veces  es un boomerang… “Dios da la llaga y da la medicina”: refrán venezolano…  ¿Será esta la mano izquierda de Dios en este caso para castigar? Todas las cuentas pendientes pesan delante de Dios… de esta vida o del tikún (conocido en otros lugares como karma) de vidas pasadas… desde Adán y Eva…

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