Algunos temas mesiánicos...!
Nunca hubo Mesías Falsos...
Y llegó la Paz a todos los rincones del Orbe… para dar paso solo a la llenura y la adoración universal… según la Torá. Ciertos conceptos humanos robados a Dios… volverán a Él… nadie más se los quitará... aparentemente "robados"; aparentemente "quitará"... Han sido, estas realidades solo un préstamo... y continúa la rueda de la Historia que nunca tuvo principio ni final... con tantas cosas sin sentido... nunca jamás... La Majestad, el Reino y la Autoridad solo contemplan complacidos y risueños el brillo de la Sabiduría... y los hombres se alegran volviendo a ser hermanos... Millones de Serafines rodean la Tierra... y solo queda recomenzar: llenura... nada más... adoración universal... según la Torá...
23/1/2019 | por Rav Aryeh Kaplan
El Mesías será una persona normal, hijo de padres normales. Incluso es
posible que ya haya nacido.
El Mesías o Mashiaj en hebreo, será una persona normal,
hijo de padres normales. Incluso es posible que ya haya nacido.
Asimismo, el Mesías será mortal. Eventualmente morirá y legará su reino
a su hijo o sucesor.
La tradición declara que será un descendiente directo del Rey David,
hijo de Ishai, como está escrito: "Un retoño saldrá de la cepa de Ishai,
un vástago florecerá de sus raíces” (Isaías 11:1). De la misma forma, en
nuestras plegarias pedimos: “Que florezca la flor de David y que la memoria del
Mesías ben David aparezca… ante Ti”. En la actualidad, hay muchas familias
judías que pueden trazar su legado directamente hasta el Rey David.
El Mesías será el más grandioso líder y genio político de la historia.
Asimismo, será el hombre más inteligente que haya vivido. Usará esos
extraordinarios talentos para promover una revolución mundial que traerá
justicia social perfecta para toda la humanidad e influirá a todas las personas
para que sirvan a Dios de todo corazón.
El Mesías también alcanzará la profecía y será uno de los profetas más
grandiosos de la historia, segundo en jerarquía sólo después de Moshé Rabeinu.
Cualidades
especiales
El profeta Isaías describió seis cualidades que el Mesías tendrá la
bendición de tener:
“El espíritu Divino descansará sobre él [y por ende poseerá]: (1) el espíritu de la sabiduría (2) y del
entendimiento, (3) el espíritu del consejo (4) y del poder, (5) el espíritu del
conocimiento (6) y del temor a Dios” (Isaías 11:2).
En todas esas cualidades, el Mesías superará a todo otro ser humano.
El Mesías verá más allá de la falsedad y la hipocresía de este mundo.
Tendrá la capacidad de percibir el espíritu de las personas, lo que le
permitirá conocer todo su pasado espiritual y juzgar si es culpable o no.
Respecto a este poder, está escrito: “No juzgará en base a lo que ven sus ojos
ni decidirá en base a lo que sus oídos escuchan” (Isaías 11:3).
Este es uno de los atributos mediante los que el Mesías será reconocido. Sin
embargo, al igual que el regalo de la profecía, este poder se desarrollará
gradualmente.
El Mesías utilizará este poder para determinar a qué tribu pertenece
cada judío. Luego dividirá la Tierra de Israel en partes y cada tribu heredará
su porción. Esto comenzará con la tribu de Leví, determinando la legitimidad de
cada kohén y cada leví. Respecto a esto, el profeta dijo: “Purificará a los
hijos de Leví y los refinará como oro y plata, para que se vuelvan portadores
de una ofrenda de Dios en rectitud” (Malají 3:3).
Misión y
objetivos
La misión del Mesías consta de seis partes:
1) Su tarea principal es hacer que todo el mundo vuelva a Dios y a Sus
enseñanzas.
2) También restaurará la dinastía real de los descendientes de David.
3) Supervisará la reconstrucción de Jerusalem, incluyendo el Tercer
Templo.
4) Reunirá al pueblo judío en la Tierra de Israel.
5) Reestablecerá el Sanedrín, la corte suprema y legisladora del pueblo
judío, que basa sus dictámenes en las enseñanzas de la Torá. Esto es una
condición necesaria para la reconstrucción del Tercer Templo, como está
escrito: “Restauraré a tus jueces como antes y a tus consejeros como en un
principio; luego serás llamada la ciudad de la rectitud, la ciudad fiel. Sión
será redimida con justicia, y los que vuelven a ella, con justicia” (Isaías 1:26-27).
Este Sanedrín también podrá reconocer formalmente al Mesías como Rey de Israel.
6) Restaurará el sistema de ofrendas y las prácticas del año sabático (shemitá)
y del jubileo (yovel).
Entonces, como declara Maimónides:
“Si surge un gobernante de la familia de David,
inmerso en la Torá y en sus mandamientos como su ancestro David, siguiendo
tanto la Torá Escrita como la Oral, que devuelve a todo Israel a la Torá,
fortalece la observancia de sus leyes y lucha las batallas de Dios, entonces
podemos asumir que es el Mesías. Si también es exitoso en la reconstrucción del
Templo en su sitio original y en la reunificación de los exiliados de Israel,
su identidad como Mesías estará garantizada”.
Influencia
mundial
A medida que se desarrollen los poderes del Mesías, también crecerá su
fama. El mundo comenzará a reconocer su profunda sabiduría y vendrá en busca de
su consejo. Le enseñará luego a la humanidad a vivir en paz y a seguir las
enseñanzas de Dios. Los profetas predijeron: “Ocurrirá en el final de los días,
que la montaña de la casa de Dios será la cima de las montañas y se elevará
sobre las colinas, y todas las naciones vendrán a ella con alegría. Muchos
pueblos vendrán y dirán "Vayamos y subamos a la montaña de Hashem, a la
casa del Dios de Yaakov, que (el Mesías) nos instruya de acuerdo a Sus caminos
y nos comportaremos de acuerdo a Su forma". Porque la Torá emanará desde
Sión y la palabra de Dios desde Jerusalem. Y él (el Mesías) juzgará entre las
naciones y decidirá entre los pueblos. Y convertirán sus espadas en discos de
arado y sus lanzas en podadoras. Ninguna nación levantará su espada en contra
de otra; y tampoco harán guerra” (Isaías 2:2-4, Mija 4:1-3).
En la era mesiánica, muchos no judíos desearán convertirse al judaísmo,
como predijo el profeta: “Entonces le daré a los pueblos un lenguaje puro, para
que llamen en el Nombre de Dios, y que Le sirvan de una sola forma” (Tzefaniá 3:9).
Sin embargo, una vez que el Mesías se haya revelado, ya no se aceptarán
conversos.
De todos modos, Jerusalem se convertirá en el centro de adoración e
instrucción para toda la humanidad. Dios se lo dijo a Su profeta: “Volveré a
Sión y moraré en medio de Jerusalem, y Jerusalem será llamada la Ciudad de la
Verdad y la Montaña del Dios de las Huestes, la Montaña Sagrada” (Zacarías 8:3).
Jerusalem se convertirá en la capital espiritual del mundo.
Esto dará comienzo al período en el que las enseñanzas de Dios serán
supremas para toda la humanidad, como está escrito: “Porque el Señor de las
Huestes será Rey en el Monte Sión y en Jerusalem. [Revelará Su] Gloria en la
presencia de Sus sabios ancianos” (Isaías 24:23).
Todos los pueblos vendrán a Jerusalem en busca de Dios. El profeta
Zacarías describe esto gráficamente cuando dice: “Muchos pueblos y naciones
poderosas vendrán a Jerusalem en busca del Señor de las Huestes… En esos días,
diez personas de todas las naciones tomarán el rincón de la prenda de cada
judío y dirán: ‘Iremos contigo, porque oímos que Dios está contigo’” (Zacarías 8:22-23).
En Jerusalem, el pueblo judío será establecido como el “guía” espiritual
y moral de toda la humanidad. En ese momento, Jerusalem se convertirá en la
capital espiritual del mundo.
En la Era Mesiánica, todos los pueblos creerán en Dios y proclamarán Su
Unicidad. Como está escrito: “Dios será el Rey sobre toda la tierra, en ese día
Dios será Uno y Su Nombre Uno” (Zacarías 14:9).
Paz y armonía
En la Era Mesiánica, los celos y la competición ya no existirán, porque
todo lo bueno será sumamente abundante y todas las exquisiteces serán tan comunes
como el polvo. Los hombres ya no se dedicarán a la guerra ni se prepararán para
ella, como predijo el profeta: “una nación no levantará la espada en contra de
otra nación; no volverán a saber de guerra” (Isaías 2:4).
En la era mesiánica, todas las naciones convivirán en paz. De la misma
forma, personas de todos los tipos convivirán en armonía. El profeta se refirió
a esto alegóricamente, cuando dijo: “El lobo morará con el cordero, el leopardo
con el cabrito se agazapará; el becerro, el cachorro de león y el cebón juntos,
y un niño pequeño los dirigirá. La vaca pastará con el oso; sus pequeños se
agazaparán juntos, y el león, al igual que el toro, comerá paja” (Isaías 11:6-7).
Si bien el Mesías influirá y le enseñará a toda la humanidad, su misión
principal será hacer que el pueblo judío retorne a Dios. De acuerdo a esto, el
profeta dijo: “Porque los hijos de Israel permanecerán durante muchos días sin
rey y sin príncipe… Después de eso, los hijos de Israel volverán y buscarán a
Hashem, su Dios, y a David, su rey; vendrán sobrecogidos ante Dios y Su bondad,
en el final de los días” (Oseas 3:4-5). De la misma
forma: “Mi sirviente David será rey sobre ellos; todos tendrán un pastor;
también seguirán Mis estatutos y observarán Mis leyes” (Ezequiel 37:24).
Fuente: https://www.aishlatino.com/judaismo/filosofia/filosofia-judia/El-Mesias-segun-el-judaismo.html
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Un Mundo sin dinero...
...Es muy bueno mi
mundo. Pues en este no hace falta el dinero, ya que no existe... Todos
trabajamos y todos tenemos de todo, Nos esforzamos todos “por igual” para que
la comunidad pueda tenerlo todo, en un espiral eterno donde todos ascendemos,
cada cual en su responsabilidad, pero no usamos el dinero como medio de
distribución de bienes y servicios, sino el mérito creciente de cada uno, ya
que nuestro imperio no tiene final. Así es mi mundo, no hay “bolsa de valores”
ni opresión, no hay seguros de vida, no hay bancos, no hay tarjetas de crédito,
no hay billetes, no hay monedas, no hay nada de eso... Pero hay bienes y
servicios para todos, entre todos... Las ciencias económicas son algo
completamente superado y completamente obsoleto. Un cielo y una tierra nueva
donde mora la justicia, debe carecer por completo de ese mal llamado
dinero. Es necesario que la humanidad encuentre otra forma de relacionarse
entre sí, que no sea a través del dinero: “Yo veía al Capitalismo
–demonio- caer como un rayo desde el Cielo, y ser completamente
destruido”: Incluso, el Estado-nación, tal y como lo conocemos hoy en día es
simplemente una entidad histórica que puede desaparecer en cualquier momento.
La vida es bella, ¿NO? Tantos sistemas de opresión hechos por el propio
hombre, para destrucción del hombre, cada vez mejores y más sofisticados, y
pensar que Dios va a destruir toda esa enana soberbia en un instante, en un
abrir y cerrar de ojos, para instaurar mi Reino perfecto: el Reino de los
Cielos, el cual se está preparando hace mucho tiempo. Qué triste que el hombre
haya usado su libertad tan mal y haya mal administrado la creación de esta
manera: La Historia tiene sus responsables y todos deberán comparecer
ante mi tribunal, por todos y cada uno de los aspectos de sus vidas
individuales y colectivas. Mi ojo lo ve todo, y está vigilante ante cada
hombre, ante cada hecho. Todo lo sé, todo lo conozco, todo lo juzgo y lo
permito o no. Y son muchas las cosas que claman por justicia ante mí y
los poderosos jamás podrán ser de mi agrado, puesto que un gran abismo nos
separa, ya que por la ley natural ellos conocen y son conscientes de sus
injusticias, pero las disimulan y no tienen pudor de sus “pecados perdonados”
pero como los disfrutan complacientemente. Bienaventurados los pobres...
Yo prefiero lo sencillo, lo ignorante, porque lo soberbio está lejos de mí. En
cambio lo pequeño, aunque tenga pecado y todo, lo veo mejor, mil veces.
Por eso digo: “Raíz de muchos males es el amor al dinero”; “No podéis
servir a Dios y a las riquezas...”.
Estoy
buscando, estoy vigilando a ver dónde me manifiesto con la luz verdadera, que
soy yo, y que alumbra a todo hombre. Lamentablemente en muchos aspectos el
hombre fracasó, pero yo he triunfado, acérquense a mí y no se arrepentirán...
La fe en mí tiene repuesta para todo y para todos, incluso para los más
pecadores. Mi mundo es bello...