Precisiones...









Algunas precisiones teológicas antes de comenzar…
alrededor de las cuales giran las ideaciones de Juan Bernardo… Se encontraron estos artículos en Internet donde se dan pinceladas sobre cada tema y… esperamos que sean útiles para enriquecer y servir de una suerte de pequeño marco teórico a la narración ulterior… Y que además son temas, que la mayoría de la gente ignoran que existen en el judaísmo y sobre los cuales se puede profundizar, además de tantos otros… más de 5780 años de Historia ancestral…

·         En qué consiste, según el judaísmo, la Vida humana: Concepto de Emuná:
El número trece es el equivalente numérico de la palabra hebrea ejad, “uno”. Y dado que Hashem es Uno y Su Nombre es Uno, he aquí 13 conceptos que nos sirven de guía en la vida:

1.   Existe un Creador y Soberano del mundo que dirige todas las cosas para cada persona con absoluta y precisa supervisión. Él es Quien determina las condiciones exactas de la vida de la persona: en qué familia ha de nacer, con quién se va a casar, qué aspecto tendrá, qué carácter tendrá, cuántos hijos tendrá, cuál será su posición económica, quiénes serán sus amigos y conocidos y toda la infinidad de detalles de la vida de cada persona.
2.   El Creador es Aquel que decreta cuándo la persona tendrá éxito y cuándo fracasará. Cuándo va a caerle bien a la gente y cuándo va a ser objeto de ridículo; a qué personas va a encontrar etc… la lista es interminable.
3.   La persona viene a este mundo con una misión. La vida en este mundo no es permanente. Comienza y termina en conformidad con la rectificación del alma de esa persona y de acuerdo con su misión en este mundo.
4.   ¿Quieren conocer la verdad? ¡Examinen su vida! ¿Qué están haciendo? ¿En qué invierten sus energías, sus capacidades y sus esperanzas? ¿Acaso esas cosas son el propósito de su creación como personas? ¿Acaso sienten que están cumpliendo con su misión y alcanzando su objetivo en este mundo?
5.   El único propósito del Creador al crear al hombre es conferirle todo el bien y apiadarse de él. El más grande placer del Creador es que la persona tenga todo lo bueno y tenga éxito en la vida. De la misma manera, el honor del Creador aumenta cuando la persona tiene una buena vida y tiene éxito en lo que hace. La compasión del Creador es ilimitada y ciertamente basta para ayudar a la persona y salvarla de las más difíciles situaciones aunque no se merezca esa ayuda, siempre y cuando nos dirijamos a Él.
6.   Sabrán que el Creador oye, ve, supervisa y se interesa por el bienestar de hasta la más insignificante criatura, y siempre está dispuesto a ayudarla.
7.   Dijo Rabí Natán de Breslev: “Allí donde percibo una falta, o bien no se oró o bien no se oró lo suficiente”. Por lo tanto, la cantidad suficiente de plegarias puede ayudarte a alcanzar todo lo que te está faltando.
8.   Crees que todo proviene de HaShem, ¿no? Entonces ¿por qué no hablas con Él de cada cosa? Si no Le hablas de un cierto asunto, eso significa que no crees en Él y que tu emuná necesita un fortalecimiento, pues Él es el único que puede ayudarte.
9.   La emuná es el más grande poder que posee el individuo y es el que le permite enfrentar con éxito los desafíos de la vida, ya sea en el ámbito financiero, personal, educativo, espiritual, etc.
10.                Toda desesperación es producto de una falta de emuná, que es cuando uno piensa que una cierta situación no tiene solución y uno pierde la esperanza, suponiendo que Hashem no puede rescatarlo.
11.                Incluso las más grandes deficiencias de la persona son para su beneficio ulterior. Únicamente Hashem sabe cuál es el camino que debe transitar y el objetivo final que ha de alcanzar.
12.                La emuná le da un propósito y una razón de ser a cada cosa. Incluso la persona que se pasa la vida sufriendo puede encontrar un genuino consuelo en la emuná. Si recibe la debida instrucción, va a  poder ser rescatada de las dificultades que está pasando. Hashem ciertamente no desea atormentar a la persona. El objetivo del sufrimiento es incitar a la persona a que haga teshuvá (arrepentimiento sincero) para que pueda realmente vivir una buena vida.
13.                La emuná nos enseña que Hashem es el único que dirige el mundo. Todo lo que sucede en el planeta es producto de Su completa y precisa Supervisión Divina, tal como está escrito: “el Amo de cada acto”. Esto significa que Él controla cada hecho.

Repasen los trece conceptos antedichos una vez al día y ciertamente van a poder purificar su alma y acercarse a Hashem ¿Acaso existe algo mejor?


·         Reencarnación en el judaísmo:
Hace poco empecé a leer un libro llamado “Return Again” (Retorna otra vez), de Arieh Trugman, que explica a fondo del concepto de la reencarnación según el judaísmo. Todos sabemos que la reencarnación significa que la persona se muere y que después su alma, por así decirlo, se “recicla” en otro cuerpo.
Esa es la idea de reencarnación en su forma más básica. Pero ¿acaso sabían que hay muchas formas diferentes de reencarnación? ¿Sabían, por ejemplo, que nunca se reencarna exactamente la misma alma, sino que se transforma en una especie de “combinación” de muchas almas diferentes?
Esto ocurre debido a que el alma judía está compuesta de cinco niveles (tal como se explica en el libro citado):
·         Nefesh (o alma animal) – se relaciona con los instintos y el comportamiento
·         Rúaj – se relaciona con las emociones
·         Neshamá – el asiento del intelecto
·         Jaiá – se refiere a la interacción entre la conciencia y su origen supraconsciente
·         Iejidá – se relaciona con el aspecto Divino del alma.
Así que, por ejemplo, cuando nos reencarnamos la próxima vez, podemos tener la misma nefesh pero a la vez vamos a tener el rúaj de Juancito o la neshamá de Sarita. Dios nunca hace dos veces exactamente lo mismo.

En “Return Again”, Reb Trugman dice así: “El Arizal explica que el alma, a fin de completarse, debe perfeccionar los cinco niveles” Y como si eso fuera poco, cada uno de los cinco niveles en sí mismo consta de cinco niveles, lo cual significa que hay un montóóóón de cosas que perfeccionar hasta que uno pueda considerarse “rectificado” como corresponde.

Sin embargo, existen también otras clases de reencarnación, tales como:

Ibur
Esto se refiere a cuando el alma se “pega” a una persona ya existen, para completar una tarea específica o para traerle a su “anfitrión” un talento o fortaleza especial. El anfitrión ni siquiera es consciente de que tiene otra alma compartiendo su mismo cuerpo (por lo menos no lo sabe a nivel consciente).

Esta es una explicación muy buena de por qué uno puede alcanzar una elevación espiritual tan grande cuando se encuentra junto a la tumba de un gran tzadik (justo, santo).

Teshuvá/Viajes/Mudanzas
Cuando la gente vive muchas “encarnaciones” diferentes en una misma vida, eso también es una forma de reencarnación. He aquí algunos ejemplos:
·         Hacer teshuvá (retornar a HaShem, arrepentirse)
·         Hacer aliá (trasladarse a Eretz Israel)
·         Divorciarse
·         Mudarse de un lugar a otro
·         Transformarse en una persona diferente (tras un accidente o una experiencia traumática, o una enfermedad, etc)

El Arizal enseña que si un alma está haciendo progreso rumbo a su purificación, por más mínima que este sea, se le dan hasta mil oportunidades de reencarnarse y rectificarse como corresponde. Pero si no hace ningún progreso después de tres vidas, o si cae en un mal creciente, entonces el nefesh de esa alma se “corta” de su pueblo, vale decir, no puede retornar al mundo y no se va a levantar en la época de la Resurrección de los Muertos, PERO los niveles superiores de esa alma todavía pueden distribuirse a otras personas para su rectificación.

¿Qué significa todo esto en términos prácticos? Una de las cosas que puede llegar a explicar es por qué la vida moderna tiene un ritmo tan vertiginoso y que cambia tan rápido. En las cuatro décadas en las que yo he vivido, por ejemplo, viví en tres países, me mudé más de treinta veces y pasé por muchos trabajos diferentes, tuve dos cambios oficiales de nombre y cambié mis guardarropas por completo probablemente cinco veces por lo menos, para reflejar mi nuevo “nivel” religioso.

¡Eso es un montón de cambios! Es un montón de rectificaciones. Es un montón de empezar de nuevo desde cero. Me gusta pensar que “rectifiqué” por lo menos ocho vidas en estos últimos años, y quizás más. ¿Quién sabe? Lo que sí les puedo decir es que nunca hay un momento de aburrimiento (¿acaso les mencioné que además pasé por dos miniguerras desde que vivo acá en Israel?)

En mi vida pasan muchas cosas y creo que también en las vidas de la gente que vive hoy en día. En el pasado, uno podía vivir en un mismo pueblo con las mismas cincuenta personas durante toda su vida y lo más emocionante que podía pasar era que alguien comprara un nuevo novillo. Ese era el tema de conversación en el pueblo entero durante los siguientes veinte años…

Cada época tiene sus desafíos y sus ventajas. Tal vez en este período en el que vivimos, en que todo se mueve tan rápido que literalmente uno siente que le da vueltas la cabeza, el desafío más grande de todos sea hacer una pausa y preguntarnos a nosotros mismos un par de preguntas fundamentales en la vida, como por ejemplo: “¿A dónde conduce todo esto?” o “¿De dónde proviene todo esto?”. Una vez que tengamos esas respuestas, vamos a estar listos para volver a ascender al nivel que corresponda.


·         La diferencia entre creer en HaShem: el D-os hebreo y creer en la Trinidad.
Entendiendo a Dios
15/8/2013  |  por Rav Aryeh Kaplan
EXTRACTO (…)



Unidad Absoluta
Creer que Dios es Uno y que es la más perfecta y absoluta Unidad es un fundamento de nuestra fe.
Está escrito: "Escucha Israel, Hashem es nuestro Dios, Hashem es Uno" (Deuteronomio 6:4). Éste es un mandamiento positivo de creer en la unidad de Dios. Este mandamiento depende del pensamiento y puede ser cumplido en todo momento.
Si bien el universo contiene muchas galaxias, cada una de las cuales cuenta con innumerables estrellas y planetas, hay un solo Dios que es el Autor y Creador de todas ellas. Es absolutamente imposible concebir que haya más que un solo Ser Absoluto.
A pesar de que puede que haya otros universos, tanto físicos como espirituales, Dios es Uno por sobre todo. De esta forma, está escrito: "Tu reino es un reino de todos los mundos" (Salmos 145:13).
El judaísmo rechaza enfáticamente todo concepto de pluralismo con respecto a Dios.
El judaísmo rechaza enfáticamente todo concepto de pluralismo con respecto a Dios. En consecuencia, rechaza el concepto cristiano de la trinidad, en donde Dios es descrito como tres personas en uno, correspondiente a Su manifestación en la creación, la redención y la revelación.
Dado que toda característica adicional agregaría un elemento de pluralidad a la esencia de Dios, Lo concebimos como un ser absolutamente simple. Sin embargo, su esencia simple implica cada atributo con el que Él creó y rige Su universo.
Como Creador, el poder de Dios sobre Su universo es infinito. Por lo tanto, hablamos de Dios como un ser omnipotente, y nos referimos a Él en nuestras plegarias como "Rey del universo". De acuerdo a esta idea está escrito: "Todo lo que Dios desea, lo hace, en el cielo y en la tierra, en los mares y en todas las profundidades" (Salmos 135:6).
Sin embargo, no le atribuimos a Dios el poder de hacer lo que es categóricamente imposible, como duplicarse, aniquilarse, corporificarse o cambiarse a Sí mismo. Entonces, el judaísmo rechaza la posibilidad de que Dios pudiera alguna vez haber asumido forma humana.
Dado que Dios es el Creador de toda la materia, es obvio que Él no está formado por materia.
Dado que Dios es la antítesis de todos los atributos materiales, es llamado Puro y Santo.
Extraído del libro "The Handbook of Jewish Thought(El Manual de Pensamiento Judío) (Vol. 1), Moznaim Publishing. Reimpreso con permiso.


·         La diferencia entre El Satán (según el judaísmo) y Satanás como el maligno (dualismo).
¿El diablo en el judaísmo, también llamado Satán, existe?
Empecemos diciendo, TAJANTEMENTE, que la figura de Satán o Satanás como el «Maligno» ni existió ni existe en el judaísmo.
Donde quiera que se busque su referencia y su presencia en el judaísmo, la respuesta va a ser siempre la misma. NO ES EL MALIGNO de otras creencias.
La palabra Satanás es griega y proviene del hebreo Satán.
La primera vez que la Torá hace referencia al Satán es, en el libro de Job, en donde el Satán dialoga con el Creador diciéndole que Job es un hombre incondicionalmente creyente porque todo le sonríe en su vida y así es fácil creer.
El Eterno autoriza a que Job sea puesto a prueba de la que su fe sale airosa luego de enormes sufrimientos y pérdidas.
Una de las confusiones más marcadas acerca de la presencia de Satán en la Torá y el judaísmo, está en la serpiente que “engaña a Eva (Java) en el Jardín del Edén (Gan Eden).
La serpiente de EVA (JAVA) NO ES SATÁN: mucho tiempo transcurrió para que las tradiciones rabínicas hayan relacionado el mito de Lilith, quien fuera la primera mujer de ADAM, como un personaje maléfico:
Ella, Lilith, es una figura que proviene de las culturas sumerias, el cual proviene de esas culturas con todas las características de un personaje pérfido. perverso, al cual el judaísmo, posteriormente lo identificará con Samael, otro ángel, el cual, tampoco es Satán y.… que sigue siendo un ente al servicio del Eterno, del mismo modo que se identificó a Lilith, por mucho que sean entes con características nocivas para los seres humanos-.
La tradición y algunos estudiosos señalan al ángel que se cruzó en el camino del mago Bilam que iba a maldecir al pueblo hebreo por encargo del rey moabita, Balak (Bamidbar, /Números 22:22-35) como Satán, teniendo en cuenta que este ángel estaba cumpliendo la función de DESVIAR, con lo cual obtenemos una primera definición de lo que sería Satán:
Es decir, es el que desvía, lo que aproxima al significado de la palabra tanto en arameo, como en hebreo y árabe: allí quiere decir; “adversario, enemigo, acusador, hostigador, opositor”.
En el libro de Samuel I, cap. 29, versículo 4, se hace evidente la figura de Satán como “el TRAIDOR”
Una de las “instrucciones precisas” que el judaísmo cuenta para no creer en Satán como “El Maligno” está dado en los siguientes versículos:
«Cuando vengas a la Tierra que te da Hashem, tu Elohim, no aprenderás a actuar de acuerdo con las abominaciones de esas naciones.
No se hallará entre ustedes… ningún brujo, nadie que lea presagios, ningún hechicero… o que consulte a los muertos.
Pues todo el que hace esto es una abominación para Hashem, y a causa de estas abominaciones El Eterno expulsa a las naciones de ante ti” (Deuteronomio / Devarim 18:9-12).
Lamentablemente, el judaísmo y muchos judíos han quedado contaminados por influencias externas y creen en el Satán como lo hacen ver otras creencias.
Para esto, también ha adoptado nombres como Azazel, que es una concepción totalmente distinta,
El concepto Satán ha entrado muy fuerte al idioma hebreo.
A la frase citada «Al Tiftaj pe la Satán», se pueden sumar otras expresiones.
Veamos algunos ejemplos : «Maase Satán», acción desafortunada en la que el diablo parece haber participado;
» Aia LeSatan leploni», molestar mucho a alguien;
» Hein HaSatán Mekatrég ela bishaat sacaná» , un mal trae otro mal;
» Hasatán Merakéd lo» ( literalmente el diablo le baila) que significaría que el instinto del mal se apoderó de una persona;
O un concepto parecido «HaSatán rikéd beineiem «(el diablo baila entre ellos ),
Cuando surgen discusiones entre dos personas por estupideces y por último el pedido religioso !Kra Satán!, un pedido al Creador para anular las incitaciones satánicas.
El judaísmo siempre ha considerado que el Satán es un emisario del Eterno, que como su nombre lo dice, es el acusador, el hostigador, el opositor, el engañador,
Gracias a ello, pone a prueba la sinceridad de las acciones del hombre, la fortaleza de sus convicciones y el vigor de su moral.
Si bien este diablo pareciera tentar al hombre para que haga lo equivocado, no es inherentemente un ser malvado, sino que realiza algo que podría llamarse como “una operación encubierta” en la que aparenta tentar hacia el mal,
Lo que está haciendo, en realidad, es estar trabajando para HaShem.
Vamos a dar un ejemplo:
En la justicia de los EUA existe un abogado defensor, y un acusador o fiscal… este último está obligado a demostrar que quien está bajo el proceso del juicio es culpable…
Si sus pruebas y sus planteamientos, son lo suficientemente convincentes, se procederá a declarar como culpable a una persona, aunque no lo fuera…
Esa es su labor, como la es la de Satán… confundir, llevar a equivocaciones, engañar…
Especialmente en lo que se considera la hora de presentarse a la Corte Celestial.
Si lo tomamos como un «adversario», en el judaísmo, ese papel es desempeñado por cualquier ángel al servicio del Eterno; por ejemplo, Mijael (Michael o Miguel), generalmente es usado por El Eterno para guerrear o destruir o matar a las huestes enemigas de Israel.
La presencia de demonios es mencionada en la Torá, es porque ella hace referencia a las personas que «… sacrificaron hijos e hijas a los demonios…» no porque tenga alguna relación con Satán directamente, sino haciendo relación a la cultura politeísta pagana, y para algunos, a los “opositores de Adonai”.
Encontramos en la literatura que, el judaísmo ha desarrollado unas leyendas populares, las cuales hacen referencia a espíritus pecaminosos o frustrados bajo dos tipos de denominaciones:
Uno de ellos, LOS SHEDIM (traducido como demonios) desde el punto de vista cabalístico y
El segundo, como el DIBUK siendo estos últimos unas criaturas a las que se les niega refugio normal y se ven obligados a adherirse a infortunados que viven en la tierra.
Aún ellos obedecen al Eterno.
Ahora: nos queda una inquietud: es Lucifer; esta palabra proviene también del griego que significa “portador de la luz”.
Se nos enseña que TAMBIÉN era un ángel cuyo aspecto físico era de gran hermosura, pero, por su soberbia se rebeló contra HaShem, queriendo ser como él, y fue denigrado como castigo, junto con el ejército de ángeles rebeldes que arrastró consigo, siendo desde ese momento reconocido como un Ángel caído (Nefilim)…
Sobre esto nos lo recuerda Isaías (Yeshaya) 14:12-14 diciendo
«¡Cómo has caído del cielo, ¡Lucero, hijo de la Aurora! ¡Has sido abatido a la tierra dominador de naciones! Tú decías en tu corazón: «escalaré los cielos; elevaré mi trono por encima de las estrellas de Dios; me sentaré en el monte de la divina asamblea, en el confín del septentrión escalaré las cimas de las nubes, seré semejante al Altísimo”
Lucifer en la tradición, era uno de los favoritos de El Eterno ya que uno de sus nombres es EIN SOF (Luz infinita) y a pesar que algunos lo definen como que es un ángel caído, su misión fue la de crear a la tierra e iluminarla, con el lucero de la mañana y el lucero de la noche, que en la astrología es identificado como el planeta Venus.
En las tradiciones no judías Lucifer se fusionó con Satanás, en un solo personaje.
Y entonces ¿Qué sucede con Belcebú?
Beelzbúb – traducido a Belcebú, es sólo una burla a los baal de los pueblos paganos ya que en los templos donde hacían los sacrificios, abundaban las moscas por la carne que se pudre al no ser recogida, y el baal era entonces el “señor de las moscas”
Satán es, fue y será, en el judaísmo, un ángel y por lo tanto, un servidor y NO UN ENEMIGO del Eterno…
Es inocente de toda acusación, porque obedece “al pie de la letra” lo que su “amo” le indica.
Por esta creencia, muchos han optado por aseverar que el judaísmo es un movimiento de adoración satánica disfrazada de religión.
30 de noviembre de 2016 – 29 de Jeshvan de 5777

·         Infierno eterno vs. Gueinom.
¿Los judíos creen en el infierno?
Los místicos del judaísmo describen un lugar espiritual denominado el “Gueinom”
Por Aron Moss

¿Los judíos creen en el infierno? No es que esté planeando algún viaje a ese lugar, pero he escuchado opiniones diversas acerca de su existencia.
Los judíos creen en un tipo de infierno, pero no es aquel que se encuentra en los dibujos animados o en las historietas. El infierno no es un castigo en el sentido convencional, sino, por el contrario, una expresión de gran bondad.
Los místicos del judaísmo describen un lugar espiritual denominado el “Gueinom”, cuya traducción más común es “Infierno”. Pero resultaría más preciso traducir este término como la “Suprema Lavadora”, porque así es como funciona. La forma en la que nuestra alma se limpia en el Gueinom es similar a como lavamos nuestras ropas en una lavadora.
Si nos detuviéramos a pensar por un instante y pudiéramos ponernos en el lugar de nuestras medias, por ejemplo, claramente no nos resultaría grato ser arrojados al agua hirviendo y dar vueltas a lo loco durante media hora. Creeríamos que sin dudas alguien no nos quiere en absoluto. Sin embargo, solo luego de haber lavado bien las medias es que podemos volver a usarlas.
No arrojamos nuestra ropa a la lavadora a modo de castigo. La sometemos a algo que parece duro y doloroso para que vuelva a estar limpia y así poder usarla nuevamente. El calor intenso del agua afloja la suciedad y la fuerza centrífuga hace que se desprenda de la ropa por completo. Lejos de dañarlas, les estamos haciendo un favor al someterlas a este proceso.
Lo mismo ocurre con nuestra alma. Cada acto que realizamos en esta vida deja marcas en ella. Las cosas buenas la resaltan y elevan, mientras que las malas acciones dejan manchas que deben ser removidas. Si, al final de nuestros días, dejamos este mundo sin haber enmendado las malas acciones que cometimos, nuestra alma no puede acceder a su lugar de descanso en las alturas. Debemos pasar por el ciclo de lavado primero. Nuestra alma es sometida a un calor espiritual intenso para quitarle todo posible residuo y prepararla así para entrar al Cielo.
Por supuesto, este proceso puede evitarse. Si verdaderamente lamentamos los errores que cometimos y los enmendamos con aquellos a los que hemos lastimado, podremos irnos de este mundo “con la ropa limpia”.
Es por ello que nuestros sabios dicen: “arrepiéntete hasta un día antes de partir de este mundo”. Y ¿qué hacemos si no tenemos la certeza de cuándo será nuestro último día en este mundo? Entonces, debemos arrepentirnos hoy mismo.


·         ¿Dónde termina el Libre Albedrío humano y comienza la acción de Dios?

Una de las cosas más bellas de Breslev es el enfoque que hace en la emuná como parte de una dieta espiritual para cada persona. Pero por mucho que tratemos de vivir con emuná, hay ciertas cosas que nos pueden llegar a desconcertar. Una de ellas es la naturaleza del libre albedrío y el hecho de si en verdad tenemos o no tenemos libre albedrío. En esta ocasión me gustaría encarar el tema desde un punto de vista un tanto inusual. No voy a decir que puedo aclarar el tema mejor que todos los autores y filósofos que ya ahondaron en estos conceptos tan delicados, pero pienso que basándome en una cierta perspectiva de emuná, podemos obtener una nueva comprensión del tema.

Hace unos años, debatí este mismo tema con el Dr. David Gottlieb de Jerusalén quien, además de ser muy erudito en Torá, es también profesor de filosofía. En ese momento, él me dijo que la comunidad académica no había llegado a una conclusión definitiva sobre el tema. Me gustaría sugerir una respuesta de por qué no.

Cuando analizamos el tema del libre albedrío, siempre parece difícil demostrar su existencia. ¿Cuántos debates hemos tenido cada uno de nosotros sobre el mismo tema? Por otra parte, en la vida cotidiana, todos alguna vez tomamos decisiones buenas o no tan buenas. “No puedo creer que yo haya hecho algo así…”. En síntesis, desde un punto de vista intelectual, no contamos con pruebas concretas, pero desde un punto de vista experimental vivimos con la realidad  y las consecuencias de tener libre elección. ¿Por qué tal dicotomía?

Nosotros, los seres humanos, procesamos el mundo de diferentes maneras. Usamos la mente para analizar la realidad y llegar a conclusiones. Además, usamos los sentimientos y los sentidos para definir las pautas que nos han de guiar en la vida. Por ejemplo: ¿Por qué está mal matar a otra persona? La mente nos ofrece un montón de razones: la sociedad se volvería un caos; nadie quiere que lo maten, etc. Pero a un nivel emocional y experimental, nuestros sentimientos claman (es de esperar…) que simplemente eso está mal. Punto. No hacen falta pruebas sino que nuestra simple condición de humanos refleja la verdad.

La mente es una herramienta que nos dio Hashem para que analicemos, aclaremos y saquemos conclusiones acerca del mundo. Pero las conclusiones lógicas no definen la base de la condición humana. Incluso si no podemos demostrar a nivel intelectual que el asesinato está mal, no obstante vivimos con el conocimiento de que está mal. MAL. Esa voz interna que a fin de cuentas es la que define nuestro  mundo de verdad es lo que llamamos la “Neshamá”, el alma Divina. Es una voz que, cuando la dejamos “hablar”, nos llena la vida con verdad y con luz. Y que cuando es silenciada, deja un hueco de oscuridad.

A un nivel puramente intelectual, el libre albedrío es algo difícil de demostrar, debido a que esa clase de enfoque utiliza solamente la mente como computadora. De la misma manera que una computadora no es capaz de determinar o legislar un tema moral, la mente humana solamente puede analizar aquellos factores que constituyen la cuestión. Tal vez sea por ese motivo que la comunidad académica aún está luchando con estos temas. En términos generales, ellos no tienen en cuenta la realidad y las verdades del alma.

Por su parte, cuando nos conectamos con el alma Divina, la imagen de nuestro éxito y nuestro fracaso, de nuestras elecciones mejores y peores reflejan la realidad con la que vivimos: que el libre albedrío forma parte integrante de la condición humana.

Por lo tanto, en cierta forma, la verdadera elección en la libre elección es elegir quiénes somos. ¿Acaso somos nuestros cerebros, la parte analítica de nuestro ser, o somos nuestras almas, con su sentido del bien y del mal, y nuestras capacidades intelectuales que son esenciales para mantener los sentimientos bien asentados?. Todos sabemos lo que sucede con la sociedad en la que el fervor religioso no es atemperado con rigor y auto-análisis intelectual. Sin embargo, también somos perfectamente conscientes de lo que sucede con la sociedad que confía únicamente en la lógica sin tener un sentido profundo de moralidad. Nuestro mundo es un reflejo de dicha confusión, en la que casi todo resulta aceptable, dado que el punto más bajo de moralidad es aquel que establece el propio individuo.

¿Y qué tiene que ver todo esto con la emuná? Cuanto más nos conectamos con la realidad de que somos los hijos de Hashem  y que el alma que Él depositó en nosotros es la verdadera fuente de luz, más podemos vivir la vida con la conciencia de que constantemente estamos siendo desafiados a tomar decisiones que nos acercan a nuestra esencia, a nuestro prójimo, y a Hashem. La falta de emuná nos deja en un mundo que, guiado solamente por el intelecto, nos deja con las dudas y las confusiones de la vida. Nos hace sentir que somos apenas un poquito mejores que computadoras que procesan la información que entra y sale y obviamente con más o menos la misma cuota de libre albedrío que una computadora.

Que Hashem nos confiera la sabiduría necesaria para descifrar las complejidades de la vida, y en especial usando de guía la luz del alma sagrada que Él depositó en cada uno de nosotros.






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